¡Pon límites! sin perder la paciencia…

Uno de los grandes retos de la crianza es mantener la calma cuando nuestros hijos no quieren hacer lo que toca.

Irnos del parque o de un cumpleaños, apagar la Tablet o ponernos el cinturón cuando estamos en el coche pueden crear situaciones de enfado y discusiones.

¿Cómo debemos poner los límites para no perder la calma?

La realidad es que poner límites no es fácil. Muchas veces caemos en dos extremos, ser demasiado estrictos o ser demasiado flexibles y sentir que nuestros hijos mandan más que nosotros.

Buscar el camino intermedio y poner límites de forma amable pero firme a la vez, es lo que hará que todo funcione.

Trucos para poner límites sin perder la paciencia

  • Habla con un mensaje claro y corto.

Cuanto más breve sea, mejor. Un ¨Es hora de cepillarse los dientes¨ es más efectivo que un discurso de cinco minutos de por qué aún no se ha lavado los dientes.

  • Di lo que sí se puede hacer.

No solo ¨no hagas eso¨, sino ¨puedes hacer esto otro¨.

  • Mantén la calma, aunque cueste.

El tono de voz lo es todo. Ni gritos ni súplicas. Firme, tranquilo y seguro.

  • Anticípate a la situación.

Avisar con tiempo evita rabietas. ¨En cinco minutos nos vamos¨ suena mejor que ¨¡nos vamos ya! ¨

  • Ofrece opciones dentro del límite.

¨ ¿Quieres ponerte el cinturón tú o te ayudo yo? ¨

¨ ¿Quieres ser tú el que guarde la pelota o prefieres que lo haga yo? ¨

Los límites no son castigos ni caprichos de los adultos. Son como las líneas de una carretera, ayudan a los niños a saber por dónde circular sin perderse. Les dan seguridad, confianza y les enseña a respetar a los demás.

La forma en que los transmitimos es clave, no se trata de imponernos con miedo, sino de guiarlos con calma y coherencia.

Te doy más ejemplos:

         En el parque…

En 5 minutos nos vamos. Puedes tirarte una vez más por el tobogán y después nos despedimos.

        En el coche…

El coche arranca cuando todos tenemos el cinturón puesto. ¿Te lo pones tú o quieres que te ayude?

        Con las pantallas…

En 10 minutos apagamos la Tablet.  ¿Quieres hacerlo ahora conmigo o cuando suene la alarma?

       Para lavarse los dientes…

Es hora de cepillarse los dientes. ¿Prefieres empezar tú o empiezo yo y después  sigues?

¡Valida lo que sienten!

Poner límites no implica ignorar sus emociones.

Puedes ser firme con el límite y al mismo tiempo mostrar empatía.

¨Sé que no quieres irte del parque, es muy divertido. Ahora toca volver a casa¨.

De esta manera, tu hijo entiende que sus sentimientos importan, pero también que las normas se cumplen.

Hacerlo de forma amable y firme no solo hace el día a día más llevadero, sino que también ayuda a los niños a crecer más seguros y guiados.

No se trata de gritar más fuerte, sino de hablar con calma, ser constante y mostrar cariño en cada situación.

Recuerda que cuando ponemos límites con calma, claridad y cariño, no solo evitamos el conflicto, sino que estamos construyendo un vínculo de confianza que los acompañará toda la vida.