¡Recupera tu voz!

Desde mi perspectiva profesional puedo afirmar que 3 son los pilares fundamentales para que nuestra voz esté sana.

  1. Las cuerdas vocales no deben estar lesionadas.
  2. Debemos respirar adecuadamente y coordinar la respiración con la fonación.
  3. Mantener un buen estado emocional.

Para que nuestro aparato fonador funcione sin esfuerzo y sin dolor tiene que establecerse un equilibrio entre los tres puntos anteriormente mencionados.

A todos los profesionales que utilizan su voz como herramienta de trabajo, y a todas aquellas personas que trabajan con sus voces y no se sienten cómodos con ella, les recomiendo como punto de partida ir al otorrinolaringólogo.

Una vez que confirmamos que todo está bien físicamente toca aprender la técnica de respiración costo diafragmática, con la que aprenderemos a inspirar el aire que se requiere, sin contraer musculatura innecesaria, activando el diafragma, expandiendo la caja torácica para dar movimiento a las cuerdas vocales con la salida del aire.

Es muy habitual que las personas que tienen dificultades con su voz contraigan algunos músculos innecesarios para la producción vocal e interrumpan los movimientos de la laringe produciendo voces ¨enronquecidas o ahogadas¨.

Con frecuencia se genera mucho esfuerzo, malas posturas que ocasionan un malestar físico, gran cansancio e impotencia como consecuencia de una disfonía.

La voz está directamente relacionada con nuestras emociones.

El estado de ánimo de las personas se puede percibir perfectamente en las voces que escuchamos.

Sabemos distinguir voces que nos transmiten alegría de las que nos transmiten tristeza o nerviosismo.

No podemos olvidar la parte afectiva para ser personas sanas física y mentalmente.

Ahora bien, estos 3 aspectos deben estar integrados y para ello debemos ejercitar.

Los ejercicios se deberán realizar cada día para que el cuerpo automatice la forma correcta de respiración, y así poder coordinar la respiración con la fonación, sin esfuerzo, sin dolor y de forma natural.

Cuidar nuestra voz implica cuidar nuestros hábitos diarios.

  • Moderar el uso de nuestra voz si notamos ronquera.
  • Alimentarnos adecuadamente.
  • Beber agua para mantener las cuerdas vocales hidratadas.
  • Dormir al menos 7 horas diarias.
  • Cuidar nuestro estado emocional.
  • Hacer actividad física cada día para mantener la tensión óptima de nuestros músculos.
  • Realizar a diario ejercicios de respiración costo abdominal para integrarlos de forma automática en nuestro habla espontánea.

Recuperar la voz es un trabajo profundo que requiere:

  • Mirarnos a nosotros, a nuestro interior, a nuestro cuerpo.
  • Reconocer nuestros malos hábitos corporales y vocales.
  • Detectar nuestras tensiones musculares.
  • Identificar nuestro estado emocional.

Una voz sana posee vitalidad, percibiéndose como una voz clara y firme.