¡Qué juegue solo!

¨Solo quiere que esté a su lado ¨.  ¨No sabe jugar sin mi¨. ¨Me da pena no jugar con él¨.

Que un niño juegue solo es fundamental para su desarrollo cognitivo y emocional.

Cuando los niños dejan de ser bebés y comienzan a ser más autónomos son capaces de jugar solos.

Aunque estén jugando por su cuenta, necesitan de la presencia y de la atención de un adulto cercano.

Por supuesto que aún son dependientes de los adultos y nos necesitan, pero sabiendo la importancia que tiene el juego individual para su desarrollo es necesario que les enseñemos a hacerlo.

¿Por qué deben jugar solos?

Cuando los niños juegan con mamá, papá u otros amigos, los que los rodean influyen en ellos, no están tomando sus propias decisiones.

Están atentos a las normas y a las reglas del juego que se les impone.

Cuando los niños juegan de forma independiente desarrollan su creatividad, la atención y la capacidad de actuar de una manera lógica sin la necesidad de seguir pautas impuestas.

Además, jugar solo los ayuda a descubrir lo que les gusta hacer, ganar confianza en sí mismo y  ser autónomo.

¿Por qué mi hijo no juega solo?

Existen varias razones por las que un niño tiene dificultades para jugar de forma independiente:

  • Falta de oportunidades. Los adultos tenemos que generar momentos para que los niños jueguen solos y debemos enseñárselo.
  • Exposición constante a estímulos externos. Mirar mucho la televisión o los videojuegos les impide concentrarse y entretenerse por sí mismo.
  • Falta de habilidades sociales. Hay niños que tienen dificultades de relacionarse con otros niños y también con ellos mismos.
  • Falta de confianza en sí mismo. Sentirse inseguros les dificulta jugar solos, no saben qué hacer y qué no.
  • No sabe. Jugar solo es también un aprendizaje y para ello debemos enseñárselo.

 

¨ Me da pena no poder jugar con él¨.

En ocasiones, hay circunstancias familiares que hacen sentir a los padres ¨tener la obligación¨ de estar jugando con los niños todo el tiempo. La falta de otros niños en la familia o la diferencia de edad entre hermanos hace sentir a los padres creer que tienen que estar con el niño constantemente.

Te voy a dar varias razones por las que te sentirás feliz de que tu hijo juegue solo:

  • Lo ayudará a desarrollarse cognitiva y emocionalmente.
  • Aprenderá a explorar el mundo y a relacionarse con otros niños.
  • Tomará sus propias decisiones en el juego, sin contar con la aprobación permanente del adulto.
  • Desarrollará el juego simbólico.
  • Se lo pasará genial.

 

¿Cómo propiciar el juego independiente?

  • Dale la posibilidad de elegir con lo que quiere jugar. ¿Te apetece jugar con los animales o con los bloques?
  • Ofrécele juegos que lo motive.
  • Muéstrale cómo Jugar. Comienza jugando con él y retírate cuando ya se haya metido en el juego. Lo notarás concentrado en lo que está haciendo.
  • Establece rutinas de juego. Busca un momento del día para que juegue solo.

 

Cuando comiences a estimular este tipo de juego, observarás que tu hijo poco a poco disfrutará de jugar y no necesitará de tu presencia constante.

Verás que estará inmerso en el juego y no estará pendiente de ti.

Le aportará muchos beneficios. Todos ellos lo harán ser cada vez más autónomo, capaz de tomar decisiones por sí mismo además de divertirse sin la constante aprobación del adulto.

A cada niño le gusta jugar con diferentes juegos. Hay quienes les gusta mucho pintar y se concentran en ello, otros jugando con muñecos, coches, cocinitas o con puzles.

Lo importante es que tengan momentos de concentración con diferentes actividades sin las instrucciones de alguien.

El juego independiente es necesario para que los niños aprendan a conocerse más.

No olvidemos que también es necesario que nuestros hijos jueguen con nosotros y con otros niños para que aprendan a relacionarse con los demás.

Debemos buscar el equilibrio y encontrar los momentos para enseñarles a jugar con nosotros, con amigos y solos.

Es necesario ofrecerles diferentes formas de juego para que puedan desarrollar habilidades y desenvolverse con autonomía y seguridad.

Recuerda que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. Fomenta estrategias para ayudarlo a desarrollar sus habilidades.

Bríndale un ambiente de juego seguro, establece rutinas y respeta sus tiempos y sus necesidades.