¡Me aburro!

Cuántas veces hemos escuchado esta frase, seguramente estos días con más frecuencia.

Con calma y sentido común vamos a intentar organizar las horas del día para que esta nueva situación que nos toca vivir, sea una opción para aprender a fomentar el descubrimiento y la imaginación de nuestros niños, con nuestra ayuda, la de los adultos.

Disponer del tiempo para hacer lo que nos gusta, es la mejor oportunidad para aprender a conocernos.

La orientación a los niños, en un primer momento por parte de los adultos,es esencial para convivir en armonía.

La organización es el punto de partida para que se vaya estableciendo una rutina diaria.

En estos días de cambios vamos a establecer las actividades que llevaremos a cabo, os doy pautas que os podrán servir para los niños pequeños, adolescentes y por qué no, para nosotros, los adultos. Por supuesto, variando el tipo de actividades.

Necesitaremos un folio en el que escribiremos de forma clara para los niños, qué actividades harán en cada momento del día.

En primer lugar vamos a pautar los horarios de los hábitos diarios, que serán fijos (cada familia los establecerá según sus criterios). A continuación los escribo a modo de ejemplo.

El desayuno a las 9:00 horas, el almuerzo a las 11:30  horas, la comida a las 14 horas, la merienda a las 17 horas, la cena a las 20:30 horas, el baño a las 21 horas y a dormir a las 21:30 horas.

Otras de las actividades que queremos que hagan los niños, las estableceremos en el resto de las horas disponibles.

¿Qué actividades podremos planificar?

  1. Tiempo de las clases online, un rato por la mañana y otro por la tarde.
  2. Ordenar la habitación, organizar juguetes, organizar libros y material escolar.
  3. Elegir una actividad para el tiempo de descanso, según las aficiones de cada uno.
  4. Realizar los deberes del cole.
  5. Tiempo de lectura.
  6. Tiempo de juego, solos, en familia, o con los hermanos.
  7. Tiempo para cocinar, hacer manualidades, para contar cuentos.
  8. Hacer los ejercicios de ¨Myriam¨.
  9. Escuchar música, hacer ejercicios de relajación.

 

Es importante establecer la planificación de actividades cada día después del desayuno.

Debéis dejar el plan de actividades, claro y detallando horarios en un sitio visible de la casa para que los niños puedan consultarlo.

La ayuda de los padres en un primer momento es de gran importancia para ir adquiriendo este nuevo hábito de tareas.

Veréis que poco a poco se irá estableciendo una rutina muy agradable de cumplir, que hará que los niños se sientan responsables y autónomos.

Si al final del día revisáis los logros de lo pautado y reforzáis positivamente lo que han conseguido, será muy gratificante para toda la familia.

Aprovechemos este cambio forzado por la situación que estamos viviendo y veámoslo como la oportunidad para nuevos descubrimientos personales.

Recuerda, los niños nos imitan,  dejemos aflorar nuestra imaginación.