¡Entrenando!

¨ ¿Cuándo le saldrá la R? ¨ ¨El médico me dijo que si hasta los 6 años no le sale ya nos tenemos que olvidar¨.

¡No tires la toalla!

Lograr pronunciar bien alguna letra requiere de trabajo, constancia y tiempo.

¿Acaso has visto alguna vez lograr un cambio en dos días?

Si comprendemos que tu hijo lleva años pronunciando de una determinada manera algún fonema, debemos tener en cuenta que cambiar la mala pronunciación por la correcta requerirá de esfuerzo, constancia y tiempo.

Para conseguir un comportamiento neuromuscular adecuado y que un fonema se pronuncie correctamente se debe establecer un equilibrio entre los músculos de la cara, la lengua, los labios, los dientes y la respiración.

Muchas veces les explico a los niños que trabajamos como cuando vamos al gimnasio y hacemos un deporte para fortalecer los músculos de los brazos o de las piernas, aquí trabajamos los músculos de la cara y de la lengua.

Y por supuesto para ver los resultados que deseamos necesitamos hacer los ejercicios cada día.

Cada letra tiene un sonido, que implica la utilización de músculos y partes de la boca específicos.

Aprender a pronunciar mejor es un proceso de integración que requiere de práctica y entrenamiento.

En primer lugar, el profesional tendrá que detectar de qué manera está produciendo el sonido el niño para deshacer ese hábito incorrecto y aprenderlo adecuadamente.

Ejercitar los músculos, quizás los que nunca se han puesto en marcha, requiere de una rutina de ejercicios a diario. Yo siempre recomiendo que los hagamos después del cepillado de los dientes.

El proceso para pronunciar mejor…

El proceso hasta lograr una correcta pronunciación está ligado a la maduración de cada niño.

La estimulación que le brindemos lo ayudará a conseguir los objetivos más rápidamente y a seguir progresando en los casos que se observa un estancamiento.

En muchos casos, sin una ayuda adecuada sería bastante difícil lograrlo.

No basta con decirles a los niños: ¨ así no se dice¨. Se debe comenzar con los ejercicios para experimentar cambios en el habla.

Si pensamos en un deporte o en otras habilidades como tocar un instrumento vemos con más claridad que hace falta práctica y constancia para lograr las metas establecidas.

Para conseguir una buena pronunciación pasa lo mismo.

Este proceso debe comenzar sin ninguna duda con los ejercicios musculares y con la percepción consciente de la buena pronunciación.

Como les digo a los niños… ¡Estamos en el gimnasio de la lengua y tenemos que activar todos los músculos!

 ¡Qué alegría cuando lo conseguimos!

  • Sentimos que tenemos la autoestima por el cielo.
  • Sentimos que el esfuerzo ha valido la pena.
  • Nos da fuerzas para afrontar nuevos desafíos.
  • Nos llena de felicidad.

Ser conscientes que pasaremos por diferentes etapas durante el tratamiento nos hará ser constantes con los ejercicios hasta lograr integrarlos y conseguir de forma espontánea una pronunciación correcta.