01 Mar ¡Cuéntamelo otra vez!
¡Ya soy mayor para que me cuenten cuentos!
¿Cuándo debemos dejar de leerles cuentos a nuestros hijos?
Leerles cuentos a nuestros hijos es una de las actividades más placenteras que existen.
Nos transporta a un mundo de imaginación, creando un ambiente casi mágico.
Buscar un cuento con una temática que les interese a los niños y que les atraiga, los sumerge en historias donde se sienten los protagonistas.
Podemos encontrar un cuento para cada tema que nos preocupa o nos interese a los padres, a los profesores y a los niños.
Siempre un cuento nos ayudará a hablar y a acercarnos a temas que nos resulta difícil de explicarles.
Generalmente, ver historias en otros personajes que se asemejen mucho a lo que nos está sucediendo, nos hace entender lo que nos ocurre y a ver una variedad de situaciones con más objetividad.
Los cuentos nos permiten adentrarnos en un mundo mágico, hacen volar nuestra imaginación y nuestras emociones.
¿Qué aprenden nuestros niños cuando les leemos?
- A prestar atención.
- A trabajar la inteligencia emocional comentando las emociones de los personajes del cuento.
- A comprender lo que nos quieren transmitir.
- A ponernos en el lugar del otro.
- A cultivar la paciencia.
- A estimular la memoria recordando frases.
- A aumentar el vocabulario.
- A Integrar estructuras gramaticales.
- A desarrollar la imaginación.
- A favorecer el aprendizaje de la lecto-escritura.
- A tener herramientas para poder contar lo que está sucediendo.
- A crear espacios comunicativos y exponer nuestra opinión.
- A mantenernos expectantes por el tono de voz que escuchamos y a prepararnos para lo que vendrá.
Como siempre explico, jugar, leerles o compartir diferentes actividades en casa, estimula muchísimos los aspectos cognitivos de los niños, que los ayudará a progresar en el ámbito escolar.
Si estimulamos la concentración, la memoria, la empatía, la comprensión, la expresión, y lo hacemos con actividades divertidas y atractivas para los niños, les estamos brindando herramientas que necesitarán para todo su desarrollo.
Estaremos sentando las bases para ayudarlos a ser niños atentos, participativos, organizados y a que disfruten de cada actividad que realicen.
Si tengo que responder a cuándo dejar de leerles, yo os diría que estiremos esta actividad lo más posible.
Es como si tuviera que responder a cuándo dejar de jugar con ellos. Lo haremos o lo intentaremos toda la vida.
Eso sí, te darás cuenta cuando ya quiera hacerlo solo, elegirá sus libros y los leerá sin ni siquiera decírtelo, como cuando elige un juego para jugar solo.
¡El disfrutará leyendo y tú por ver que has hecho un buen trabajo!