
28 Sep ¡Pon límites! sin perder la paciencia…
Uno de los grandes retos de la crianza es mantener la calma cuando nuestros hijos no quieren hacer lo que toca.
Irnos del parque o de un cumpleaños, apagar la Tablet o ponernos el cinturón cuando estamos en el coche pueden crear situaciones de enfado y discusiones.
¿Cómo debemos poner los límites para no perder la calma?
La realidad es que poner límites no es fácil. Muchas veces caemos en dos extremos, ser demasiado estrictos o ser demasiado flexibles y sentir que nuestros hijos mandan más que nosotros.
Buscar el camino intermedio y poner límites de forma amable pero firme a la vez, es lo que hará que todo funcione.
Trucos para poner límites sin perder la paciencia
- Habla con un mensaje claro y corto.
Cuanto más breve sea, mejor. Un ¨Es hora de cepillarse los dientes¨ es más efectivo que un discurso de cinco minutos de por qué aún no se ha lavado los dientes.
- Di lo que sí se puede hacer.
No solo ¨no hagas eso¨, sino ¨puedes hacer esto otro¨.
- Mantén la calma, aunque cueste.
El tono de voz lo es todo. Ni gritos ni súplicas. Firme, tranquilo y seguro.
- Anticípate a la situación.
Avisar con tiempo evita rabietas. ¨En cinco minutos nos vamos¨ suena mejor que ¨¡nos vamos ya! ¨
- Ofrece opciones dentro del límite.
¨ ¿Quieres ponerte el cinturón tú o te ayudo yo? ¨
¨ ¿Quieres ser tú el que guarde la pelota o prefieres que lo haga yo? ¨
Los límites no son castigos ni caprichos de los adultos. Son como las líneas de una carretera, ayudan a los niños a saber por dónde circular sin perderse. Les dan seguridad, confianza y les enseña a respetar a los demás.
La forma en que los transmitimos es clave, no se trata de imponernos con miedo, sino de guiarlos con calma y coherencia.
Te doy más ejemplos:
En el parque…
En 5 minutos nos vamos. Puedes tirarte una vez más por el tobogán y después nos despedimos.
En el coche…
El coche arranca cuando todos tenemos el cinturón puesto. ¿Te lo pones tú o quieres que te ayude?
Con las pantallas…
En 10 minutos apagamos la Tablet. ¿Quieres hacerlo ahora conmigo o cuando suene la alarma?
Para lavarse los dientes…
Es hora de cepillarse los dientes. ¿Prefieres empezar tú o empiezo yo y después sigues?
¡Valida lo que sienten!
Poner límites no implica ignorar sus emociones.
Puedes ser firme con el límite y al mismo tiempo mostrar empatía.
¨Sé que no quieres irte del parque, es muy divertido. Ahora toca volver a casa¨.
De esta manera, tu hijo entiende que sus sentimientos importan, pero también que las normas se cumplen.
Hacerlo de forma amable y firme no solo hace el día a día más llevadero, sino que también ayuda a los niños a crecer más seguros y guiados.
No se trata de gritar más fuerte, sino de hablar con calma, ser constante y mostrar cariño en cada situación.
Recuerda que cuando ponemos límites con calma, claridad y cariño, no solo evitamos el conflicto, sino que estamos construyendo un vínculo de confianza que los acompañará toda la vida.