¿Retomamos la rutina?

¿Qué ha pasado en las vacaciones? ¡Cuánto ha retrocedido mi hijo! ¡No se acuerda de las letras!

Esta es la sensación de muchos padres al iniciar un curso nuevo.

Una mezcla de angustia, dudas, de no saber cómo seguir hacia adelante, incluso con ganas de volver atrás para recuperar lo que ¨no han podido hacer¨ en el tiempo libre.

Y si le sumamos los comentarios de algunos niños angustiados …

¨No me entienden cuando hablo¨. ¨Yo no sé decir algunas palabras¨. ¨No le entiendo a la profesora nueva¨.

Esta situación nos desborda y no sabemos qué hacer.

¡Claro que han avanzado y han crecido!

Las vacaciones, el tiempo libre, el estar en familia y compartir muchos momentos juntos, por supuesto que les ha hecho crecer.

Lo único que nos toca ahora es cambiar algunas pautas y modificar algunas rutinas para que todo funcione mejor.

Adaptarnos a los nuevos horarios, a las nuevas actividades, a los tiempos de estudio requiere de ciertas modificaciones.

En época de cambios, de profes nuevos, de amigos nuevos es muy frecuente que nuestros hijos no se muestren en clase tal como son hasta pasado un tiempo.

Se pueden reflejar todos sus temores con un lenguaje inseguro, con respuestas cortas o con no querer hablar frente a todos sus compañeros, incluso mostrando desinterés por lo que se está haciendo en clase.

¿Qué debemos hacer los padres?

  • Comprender que los niños necesitan un tiempo de adaptación para habituarse a lo nuevo y mostrarse como realmente son.             Es el momento de guiarlos y contar con herramientas para encaminarlos.
  • Mirarnos a nosotros, los adultos. ¿Te sientes nervioso por saber con qué profesor nuevo le tocará? ¿Crees que aún no está preparado tu hijo para el nuevo curso? ¿Temes que no le toque compartir este curso con sus amigos de siempre?

Es muy habitual que los padres sintamos incertidumbre por los cambios a los que se enfrentarán los niños.

Debemos ser conscientes de que en muchas ocasiones no podemos evitar transmitirles estas inquietudes y es muy probable que los niños se sientan más inseguros.

  • Transmitirles mensajes y frases de confianza y tranquilidad. ¨Aprende mucho¨. ¨Pásatelo genial¨. ¨Disfruta con tus nuevos amigos¨.

Si les transmitimos confianza los hará sentir más motivados.

En muchas ocasiones nos sale de manera automática: ¨Pórtate bien¨.  ¨Haz caso al profesor¨.  ¨No hables en clase¨.

Son frases que reflejan una advertencia para ellos y una falta de confianza. Como si fuera habitual que no se comporten adecuadamente.

  • Reorganizar las rutinas diarias.
  1. No salgas con prisas de casa. Prueba tener más tiempo antes de salir, comienza la jornada media hora antes para tener un clima relajado.
  2. Prepara la mochila la noche anterior, que estén preparadas en la puerta, así tendréis la certeza de que todo está organizado.
  3. Prepara la ropa la noche anterior, no tendréis que lidiar con discusiones justo antes de salir.
  4. Si es necesario adelantar la hora del baño y la cena para que los niños se acuesten antes, hazlo.
  5. Determina un horario para hacer los deberes, funciona muy bien llegar del cole, merendar y ponerse con las tareas.

 

Si acompañamos a nuestros hijos en cada nueva circunstancia, reorganizando los hábitos diarios y utilizando un lenguaje positivo se sentirán capaces de enfrentarse a las nuevas situaciones de una manera más distendida.

Con la magia del lenguaje podremos motivarlos y hacerlos sentir mucho mejor.

Y recuerda mirar tus propios temores para descubrir lo que le puede estar pasando a tu hijo, es una gran herramienta para entender lo que le está sucediendo.