La mejor manera de aprender…

¿Cómo les enseñamos a los niños a recoger sus juguetes? ¿Cómo debemos inculcarles el buen comportamiento? ¿Serán capaces de aprender otro idioma?

¡Cuántas dudas nos surgen cuando hacemos consciente la necesidad de enseñarles a nuestros hijos!

Los niños están aprendiendo sin parar.

Cuanto más natural se lleve a cabo el proceso de aprendizaje, menos cuenta se darán que están aprendiendo algo. No sentirán agobio, ni se plantearán si quieren o no, simplemente disfrutarán de ese momento.

A veces, somos los adultos, acostumbrados a una enseñanza rígida  y con metodologías tradicionales, a los que nos cuesta reconocer que nuestros hijos pueden aprender jugando o simplemente por imitación y rutinas.

El aprendizaje se efectúa experimentando e interactuando con lo que nos rodea.

Poner en práctica lo que quieres que tu hijo aprenda, es lo que dará mejores resultados.

Por el contrario, puedes repetirles y repetirles con palabras, miles de veces lo que quieres que hagan y no obtendrás ningún resultado.

Para los niños, experimentar es jugar, explorar, es estar inmersos en un ¨mundo de aprendizaje¨ sin ni siquiera darse cuenta que están aprendiendo.

Aprender a hablar es un ejemplo de cómo sin darnos cuenta los niños se comunican, se hacen entender y utilizan estructuras que jamás hemos tenido que explicarles.

Aprenden palabras, frases, estructuras desde lo natural, gracias a la comunicación que establecemos con ellos.

En el aprendizaje de cualquier idioma es muy importante la experimentación, la comunicación a partir de vivencias cotidianas y el juego.

Los niños pueden haber estudiado cada año inglés o cualquier otro idioma y no adquirir el aprendizaje de esa lengua hasta no convivir en un entorno donde solo se hable ese idioma o con una  metodología basada en la práctica.

El solo hecho de estar inmersos, interactuar con naturalidad nos hace aprender.

Enseñarles a los niños a hacerlo mejor, a tener una actitud de superación, a saber cómo comportarse en cada situación, a ser respetuosos, a ser responsables, a ser curiosos, a tener paciencia, son aprendizajes que se llevarán a cabo desde lo espontáneo y lo cotidiano,  con una interacción constante con lo que los rodea,  que hará que  los adquieran con naturalidad.

 ¡Mi hijo aún no lo hace! ¿Cuándo aprenderá?

Es importante tener en cuenta que no todos los niños aprenden de la misma manera ni en los mismos tiempos.

Existen diversos factores que causan dificultades en el aprendizaje y es necesario consultar con los especialistas si observamos que ciertos aprendizajes aún no los tienen adquiridos o no llegan a aprender de forma espontánea ni en el tiempo que esperamos.

Si observamos una actitud en el niño o un comportamiento que nos preocupa debemos pedir ayuda para implementar otras estrategias.

La música, los cuentos, las películas, encontrar un juego para cada nuevo aprendizaje son herramientas muy útiles.

Con motivación, tiempo, esfuerzo, constancia, aprender será el resultado de experiencias divertidas y cotidianas que por encima de todo los hará disfrutar.