¿Jugamos?

¿A quién le toca? ¡No consigo que la torre se sostenga! ¡He ganado! ¡Has hecho trampa!

¿Qué es jugar?

¨Hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades¨.

¿Qué pueden aprender los niños jugando?

Jugar es el mejor escenario que podemos pretender para que un niño adquiera y desarrolle diferentes aprendizajes.

Un niño que juega está siendo partícipe de una situación y debe respetar las reglas que impone cada juego.

Jugando los niños a prenden a:

  • Desarrollar habilidades comunicativas y del lenguaje.
  • Desarrollar la psicomotricidad fina y gruesa.
  • Adquirir nuevos conocimientos.
  • Estimular la creatividad.
  • Expresar sus emociones.
  • Compartir, respetar turnos y llegar a acuerdos.
  • Resolver problemas.
  • Incrementar el vocabulario.

 

¡El juego es interactivo!

Cuando los niños juegan aprenden habilidades sociales, dialogan, intentan llegar a acuerdos, plantean hipótesis, descubren nuevos retos.

Los niños comunican sus ideas e intentan entender a los demás.

Se combinan diferentes actividades que los hace descubrir el significado de diferentes experiencias.

El grado de aprendizaje es muy elevado.

 ¡El juego es divertido!

Pensar que el juego no tiene la misma consistencia que el trabajo tradicional es erróneo.

Fomentar el juego en las aulas, implementarlo como herramienta, jugar con materiales de acuerdo a las edades y los intereses de los niños aumenta la curiosidad  por el aprendizaje.

Además de aprender, los niños se muestran motivados, disfrutando de lo que hacen, se emocionan y se divierten.

La creatividad, la espontaneidad y el interés cobran especial importancia.

¿Por qué algunos niños hacen trampas?

A veces las ganas de ganar los lleva a saltarse las normas o a inventar nuevas.

Demostrarles que hay actitudes que son inaceptables como la mentira los ayudará a relacionarse mejor con sus pares.

Debemos aprovechar el momento y hacer  hincapié en la honestidad y en la confianza.

 Aprender a perder

Hay que saber ganar y perder.

He visto infinidad de reacciones en los niños cuando pierden.

Desde tirar todo lo que se les pone por delante, cambiar las normas para no ser los perdedores o aceptar como ¨buenos perdedores ¨que esta vez no ha podido ser.

Ser capaces de tolerar la frustración de no haber conseguido lo deseado y respetar los límites de lo establecido son dos metas esenciales para el desarrollo y el crecimiento.

Estoy convencida de que jugar con los niños es un beneficio para que adquieran  todo tipo de aprendizaje.

Cuando los niños juegan dejan salir todo su ser, sus fortalezas, sus temores, sus carencias.

Se expresan, se comunican de una manera espontánea.

El juego nos permite conectar con los niños de una forma natural, yo me atrevería a decir que aprenden lo que queremos enseñarles de una manera mágica.