¡Al fin sin brackets!

 Después de tanto tiempo llevándolos…  se están moviendo mis dientes otra vez.

¡Qué decepción! ¿Por qué ocurre?

Una de las causas más comunes y frecuentes que suelo ver en consulta, tanto en niños como en adultos, es la deglución atípica o como muchas veces dicen los dentistas ¨no tragar correctamente¨.

Pero, ¿Cómo no vamos a saber tragar?

Cuando los dentistas nos hacen este comentario, se refieren a que la lengua no se ubica en el sitio adecuado cuando tragamos, es decir, que ocupa un lugar incorrecto, se interpone entre los dientes, ejerciendo una fuerza que con el tiempo, hace que los dientes se desubiquen.

La lengua hace mucha fuerza porque está compuesta por 17 músculos, y si no ocupa el sitio correcto, va generando un desequilibrio entre los dientes, el paladar y los labios.

Esto influye directamente en la manera de tragar, la forma de la boca y el paladar, y en el tipo de respiración que implementamos a diario.

Además, debemos observar qué posición ocupa nuestra lengua, cuando estamos en reposo, es decir, al mirar la tele o al escribir.

Nunca debemos notarla entre los dientes y fuera de los labios.

¿Qué debemos hacer?

Para no llevarnos esta sorpresa, lo correcto sería, verificar antes de la colocación de los brackets, que el tragar es correcto y que la lengua ocupa el lugar adecuado.

Y si ya es tarde porque no te lo advirtieron, debemos ponernos manos a la obra con los ejercicios.

Para conseguir buenos resultados y evitar que nos vuelvan a colocar los brackets, tenemos que hacer los ejercicios a diario.

Una vez indicados los ejercicios para cada caso, yo recomiendo establecer un momento del día para realizarlos, generando una rutina.

Un buen momento es el del cepillado de los dientes.

Siguiendo las pautas establecidas con constancia y dedicación, los dientes podrán reacomodarse, los labios podrán adquirir la tensión óptima y la lengua se situará en su sitio, recobrando el equilibrio adecuado.